Instituciones

Ana Gallardo. Sábanas (de amigos). 2002. Instalación (sábanas dispuestas sobre estantes de madera). Medidas variables.

Estoy podrido de los ricoteros y los ricoteos. Toda la música argentina pasada por ese tamiz. ¡Loco, ¿se olvidan de que las bolitas de ricota que se repartían en los recitales de PR en la dictadura eran merca?! Qué buen modelo de banda. Happenings, varieté, un presentador. «Conceptual». Aló, ¿Duchamp?

Leí un buen artículo de Agustín Valle que publicó Maximiliano Tomas en su blog hace unos días. Dice que el recital del Indio Solari en Tandil, el pasado 13 de noviembre, fue el recital pago más concurrido de la historia argentina.

Un poco de lástima me dio también el recital de Charly García en «el día de los derechos humanos», el 10 de diciembre en la Plaza de Mayo de Buenos Aires. Vi un video de un gordito con bigotes que estaba ahí sentado al piano, tocando el himno nacional argentino, y como la cámara lo enfocaba más a él que al resto de la banda supuse que era Charly García.

En las fiestas se afirma la vigencia de las instituciones. García tiene un excelente disco, titulado Pequeñas anécdotas sobre las instituciones. Es el tercer disco de Sui Generis. «No llores, nena, que no es la muerte/ Bajo los techos alumbra el sol». Tengamos en cuenta que era el año 1974. Cuando buscás en internet las letras de ese disco, generalmente aparecen agregados al final 3 ó 4 estrofas «censuradas», a modo de bonus track.

Bonus track. Así empezaba Gustavo Cerati la versión de «Génesis» con que cerraron el re-plugged que grabaron para MTV en 1996. La versión que está recogida en el DVD, que dice ser uncensored, adolece del final, un cortazo de cuerda que se manda Gustavo. ZAP. Yo la tengo porque lo grabé de la tele en un VHS hace como 7 años.

Nos juntamos para vernos las caras y saber que todavía estamos vivos. No nos vemos nunca durante el año, imposible imaginarse compartiendo una mesa más que en esa ocasión. Una vez por año basta y sobra. Es la excusa perfecta para los que se matan trabajando y nunca están con su familia pero que ese día se jugaron y no fueron. Ya lo decía Nietzsche, la cultura del trabajo es un invento con el que nos engañaron desde bien chiquitos. ¡A nadie le gusta trabajar! Si me gustara no sería trabajo. O lo que me gusta del trabajo no es el trabajo. Es volver a casa.

Interpretación (IX)

Marcelo Bordese. Libertad el cruce de los Andes. 2010. Acrílico sobre tela. 120 x 100 cm.

Canción: Bancate ese defecto

Artista: Charly García

Álbum: Clics modernos (1983)

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Charly García estaba en el estudio Electric Lady de Nueva York a punto de entrar a grabar lo que sería su segundo disco solista de los 80. No tenía ingeniero de grabación, nadie lo reconocía por la calle. Entró y le preguntó al técnico a quién podía tomar. El tipo le dijo «y mirá, tenés el de los Clash… después el…» y estaba el pibe Joe Blaney, de unos 25 años, super copado, que también mezclaría Parte de la religión (1987).

Mi amigo disquero Ariel me dijo una vez: » ‘no es culpa tuya si la nariz no hace juego en tu cara’… ¡buenísimo, boludo!» Es una de las tantes frases bomba con que se despachó Charly tras la apertura democrática (que en rigor para el rock nacional parecería haber empezado tras la guerra de Malvinas y su concomitante censura de música en inglés).

Creo que este tema se ubica en una larga línea de análisis de las clases medias vernáculas, porteñas y un poco más, que García fue abonando lenta pero progresivamente desde los inicios de su carrera. Son frases, párrafos, a veces versos. Por ejemplo:

«Los ghurkas siguen avanzando
los viejos siguen en T.V.
los jefes de los chicos
toman whisky con los ricos
mientras los obreros hacen masa
en la Plaza como aquella vez,
como aquella vez…» («No bombardeen Buenos Aires», 1982)

No hay manual de historia argentina más elocuente. Un análisis del sistema político argentino posperonista en seis versos. «Bancate ese defecto», como otras piezas de este disco (notablemente «Dos cero uno (Transas)»), es pródiga en dardos y chicanas en una época de transición, como diría Germani, hacia la democracia. Acá lo que nos dice García es, se viene la democracia, pero si los que la están pidiendo son estos, si los que van a ir a la plaza a cantar son estos, estamos como cuando vinimos de Europa.

El inconformismo en su máxima expresión. Por eso el rock sobrevivió a la dictadura, porque no tenía una apuesta política. Los socialistas revolucionarios pre-1975 no escuchaban rock, lo tildaban de burgués y pro-sistema. Y el rock se decía «antisistema» pero no proponía nada, más que tocar la guitarra y sonreír (recordar, «quién me dará un crédito, mi señor,/ solo sé sonreír»). Acá tenemos a un músico que la vivió, que se pasó toda la dictadura haciendo música y girando con solo algunos inconvenientes menores y más bien pintorescos con la autoridad militar, que formó una banda llamada por la prensa «los Beatles argentinos», la disolvió y se cortó solo.

«Un mensaje hecho durante la Argentina militar, pero que también se puede aplicar a esta Argentina de ahora. Y el mensaje es: si tenés la nariz grande, hacé algo con ella, y no te encojas». Así presentó el tema en un recital de Obras de 1983. La moraleja de «Bancate ese defecto» no es pesimista sino más bien despreocupada y cínica. Argentina puede «arreglarse las gomas», pero va a seguir siendo rara… rara…

CLICS MODERNOS (1983)

Clics modernos (1983)

El segundo disco solista de Charly García se ganó, tras arduas deliberaciones, un lugar en esta lista. Era claro que el primer disco de Sui generis no era suficiente, y que una banda enorme como fue Serú Girán tampoco tuvo tanta influencia en los sonidos que vendrían después, si bien se ubica en la copa de su carrera. Siguiendo con la metáfora botánica, fue una hermosa rama aislada que no dio raicillas en el árbol del rock argentino.

En 1982 había publicado un disco doble titulado Pubis angelical / Yendo de la cama al living (1982). El primero era la banda sonora de la película homónima; el segundo, un disco de canciones que se convertiría en un clásico inoxidable, conteniendo joyas como «Inconciente colectivo», «Peluca telefónica» (con Pedro Aznar y Luis Alberto Spinetta) y «No bombardeen Buenos Aires».

El quiebre de Clics modernos, desde ese sugerente título (que originalmente iba a ser Nuevos trapos), radica, entre otras cosas, en la abundante utilización de batería electrónica. Se trata de una vieja Roland TR-303, en la cual se podía afinar las congas «en un rango de tres, cuatro notas. Las afinaba y quedaba una secuencia; no se llamaba loop en esa época», recuerda Charly.

Clics modernos introduce el sampler y aprovecha el potencial de los sintetizadores. Algunas canciones directamente se apoyan en sonidos sampleados, como el grito de «No me dejan salir». Los teclados, que habían sido siempre el fuerte de García pero por momentos parecían eclipsados entre el barroquismo de Serú Girán, recobran protagonismo en su etapa solista, («Bancate ese defecto», «Dos cero uno (transas)»).

«En el fondo, Modern clix es como un demo, pero hecho en [el estudio neoyorquino] Electric lady y con Joe [Blaney, famoso técnico de grabación]. Pero es bastante mínimo. Un teclado y qué sé yo… El concepto de música era así: no solos, mínimo…», agrega Charly. Como casi único apoyo, Pedro Aznar tocó el bajo en todos los temas. La banda que presentó en vivo Clics (en diciembre de 1983) estaría integrada por Alfredo Toth en bajo, Willy Iturri en batería, Pablo Guyot en guitarras, Fabiana Cantilo en coros, un jovencísimo Fito Páez en teclados y Gonzo y Daniel Melingo en saxos.

Las alusiones a la dictadura militar, ya presentes en Yendo…, se acentúan en varias letras, destacándose el himno «Los dinosaurios» («No estoy tranquilo, mi amor, / hoy es sábado a la noche, / un amigo está en cana»). «Están pasando demasiadas cosas raras/ para que todo pueda seguir tan normal», canta en «Bancate ese defecto».

En Clics modernos conviven la energía de «No me dejan salir» con la oscuridad de «Los dinosaurios». «Te juro que cuando hice Clics… no dije: ‘Voy a hacer lo más moderno del mundo'», confiesa García, al tiempo que reconoce que «de alguna manera, Yendo… es más parecido a Serú Girán«. Por esta razón lo incluimos: representa el cambio y la modernidad de un artista cuyo lugar esencial en nuestro rock radica en esas potencias.

BIBLIOGRAFÍA:

RIERA, Daniel y SÁNCHEZ, Fernando, «Charly García recuerda. Parte 2», Rolling Stone Argentina, May 2002; 51: 38-47 y 84.

VIDA (1972)

vida-tapa

Charlie (sic) García formó Sui generis cuando ya hacía más de 10 años que componía y tocaba el piano a la perfección. De niño había sido concertista, alumno ejemplar de una profesora que le vislumbraba un gran destino como tal. Hoy, en lugar de un Daniel Barenboim, tenemos a Charly.

Vida es un disco que marcó a fuego a la generación inmediatamente anterior a la última dictadura militar. El concierto de despedida de Sui generis, realizado en septiembre de 1975, congregó a decenas de miles de jóvenes pelilargos en el Luna Park, en un evento que se transformaría en mítico («no tiene nada que ver con nada, pero es así la cosa», se despidió García).

En tres años, Sui generis pasó de los miedos adolescentes de «Dime quién me lo robó» a la experimentación de «Las locuras del señor Tijeras». Si bien nunca fue una banda «precaria» en lo musical, sí se nota una creciente complejización estética que llegó a su clímax en Instituciones y se vislumbró en algunos pasajes de Confesiones de invierno («Un hada, un cisne»). Un detalle no muy conocido es que, para cuando salió Vida, Sui generis ya «estaba de vuelta» en cuanto a experimentación. En la formación previa a su primera grabación habían sido una banda casi progresiva, más cerca de Almendra, digamos, volcándose luego al estilo que los hizo famosos. Algunas de estas canciones fueron grabadas en Sinfonías para adolescentes (2000).

En el imaginario colectivo nacional,  Sui generis es una banda de fogón. Pero ya desde el primer disco se notó el talento multifacético de García, no solo como compositor (de todos los temas) sino como magnífico tecladista. Entre las 10 canciones y el posludio de Vida encontramos un maravilloso blues («Toma dos blues»), una mini-opereta («Mariel y el capitán») y canciones de una profundidad inusitada para un joven de 21 años («Cuando comenzamos a nacer», «Quizás, porque»). Las historias de vida de personajes grises y extraños se mezclan con reflexiones sobre el tiempo, la amistad y el amor, siempre cantadas por la dulce voz de Nito Mestre.

Son evidentes los paralelismos entre Spinetta y Charly García. Si bien el primero empezó su carrera unos años antes que el segundo (quien reconoció cuánto admiraba al Flaco y cómo lo marcó su primer encuentro con este «Jimmy Page» argentino), sus trayectorias han sido paralelas. La música de García, sin embargo, siempre ha sido un poco más caótica e informal que la de Spinetta, aunque sin pasar a la órbita Manal. Sui generis sería el hijo pródigo de Almendra; y sí, la flauta dulce del «Posludio» suena spinettiana.

La frescura de Vida lo convierten en un disco inoxidable y fundamental del rock argentino. Sui generis contribuyó a que los jóvenes comprendieran que ellos también podían hacer canciones y expresar sus emociones sin ataduras, conscientes de que el cambio de época los afectaba a todos por igual. Los ideales hippies del amor libre también jugaron una parte importante en esta época. La figura de Charly García es ya indiscutida, a pesar de la controversia que espasmódicamente sigue generando. No podíamos dejar de lado este disco.

Say No More

Spinetta y los socios, por Martin Báez

Luis Alberto Spinetta, al frente de los Socios del Desierto en un concierto de 1999. Foto: Martín Báez.

Bueno, gente, se viene un post «rescate emotivo». El otro día me quedé hasta las 12 de la noche leyendo la entrevista de Rodolfo Braceli a Luis Alberto Spinetta en la última adncultura. Me pareció excelente; aunque también hay que tener en cuenta que es más difícil 1) que te dé una entrevista Spinetta y 2) que te salga mal, que lograr algo bueno con semejante músico. Tal vez era por la hora, pero llegué a la conclusión de que Spinetta es, a nivel local, la figura del Artista. 40 años dedicado al arte, la música y la poesía; reconocimiento masivo, pero sin ceder en su integridad; contactos con la prensa, los necesarios; cuando le pintó salir con una celebrity, lo hizo, etc.

«Tengo esperanza porque en ella están las únicas notas que interceptan el silencio. Cada nota es una esperanza, mientras que el silencio no posee ninguna esperanza más que la de ser una nota». Luis Alberto Spinetta

«Pedro [Aznar] tocó con [Jaco] Pastorius , y yo me di el saque más largo del mundo yendo desde mi habitación a la de Pastorius (se ríe). Ese fue un momento grossoCharly García

Después me acordé de cómo había disfrutado leyendo las entrevistas a Charly García en Rolling Stone, así que recuperé tres. Son impresio- nantes. Las cosas que cuenta este tipo. Con García las entrevistas son conversaciones de bar: te cuenta anécdotas graciosas o reflexiona sobre música, política, con mayor o menor fundamento. La de Braceli con Spinetta es bastante respetuosa, casi aséptica: el Flaco parece expresarse en verso. En la nota con Gloria Guerrero se nota un tono intermedio: es Spinetta, sí, habla del cielo y del mar, pero en Rolling Stone.

Repasemos la nota del sábado pasado. Rodolfo Braceli le habla con reverencia e intenta que sus preguntas «estén a la altura» de la figura que tiene enfrente. Spinetta se lo toma con tranquilidad y poesía: «Yo trato de usar hasta la última gota de luz natural (…) Estamos en este colmenar de cemento y quero que la luz natural me adormezca»; «Hay que hacer pan y hay que hacer canciones» (maravilloso); «En un estudio de Los Ángeles una mina filma pornografía y en una calle de Pakistán a otra la cagan a latigazos por sacarse el velo. Terrorífico. Desapacigua el alma, no genera ninguna poesía»; «El auto, creado para la libertad, te esclaviza (…) Intelectualmente te mata estar en un embotellamiento» (buenísimo).

Hay frases más sacadas, estilo Charly: «Viste que en las religiones de origen musulmán todo es texto, no hay visualización de Dios. No hay barba, no hay cruz, no hay un chino con los ojos en paz como Buda. Muy piola eso»; «[Las religiones] son el show business de Dios (…) Son como una especie de excrecencia de la peor porquería, porque es como el pedo que se va tirando Dios a través de la institución»; «Pienso que la longevidad es del largo del escarbadientes de Dios hasta que nos toma como un quesito de la picada»; «Si vos tenés una cosa tipo Tom Jobim no vas a poder decir nena nena te quiero ¡vamos a bailar rock and roll!»

Charly, Virus y Andrés

Charly con Andrés y Virus, en La Falda (1986). La foto forma parte del libro «Charly», de Rocca y Cherniavsky.

No sé si será que Braceli es un gran periodista (que lo es) o que él está más buena onda, pero (de las pocas que da) esta es la mejor entrevista a Spinetta que leí. Aunque por momentos peca de pudorosa, como cuando hablan de las drogas: la pregunta dice «Tampoco hablamos de un tema arduo, la droga. ¿Te viene hacerlo?» (sic). Y la respuesta es genial:

«En épocas de Almendra 2 , yo tomaba algún acidito (sic). Mal para mí. Tiempo después, ya no jugaba con mi cerebro a la buena de Dios. Y ya viendo la magnitud de mi propio nacimiento en mis hijos, jamás me atreví a chistes psicodélicos, aunque debo admitir que, en cambio, de a poco, comencé a esnifar algo, y esnifé (sic). Más mal para mí.»

Es un tipo que no puede hablar mal. Todo lo dice con altura. García sobre las drogas: «[El primer ácido que tomé] era falso. Hicimos una vaca con una groupie y conseguimos la plata para comprarlo. Nos vendieron el ácido, nos fuimos a Parque Saavedra, nos sentamos abajo del árbol, a esperar… Y esperamos todo el día. Yo decía ‘ya pega, ya pega’, y no pegó un carajo (risas)»; «Soy un reventado, lo que quieras, pero cualquier tipo se cae muerto con lo que yo tomo en una mañana. Viste que cualquier careta se fuma un joint y ve pajaritos de colores… La verdad es que me puedo tomar dieciocho botellas de whisky y no me emborracho, no sé por qué»; «Escuchando Nirvana en Punta del Este, con la pata apoyada en la ventana, vino una tormenta terrible, cayó el vidrio y me cortó el tobillo (…) Me inyectaron morfina en la médula. Me dijeron ‘Te vamos a tener que inyectar morfina’. Y yo contesté: ‘¡Ponele más, boludo, ponele toda la que quieras!'».

Charly sobre Spinetta (2002): «La primera vez que me habló era como Jimmy Page, o más… [Después] me dijo que yo tenía talento y que me cuidara de los vampiros. Yo me quedé contento». Spinetta sobre Charly (2008): «La prensa amarillista ha hecho target en sus cuestiones, con crueldad, y desde hace tiempo ya. Charly, por otro lado, no paró nunca de extraverterse en público y eso siempre lo mantiene en el colimador del buitre. Su genio se impone igual (…)». Charly sobre la dictadura:

-(…) En medio del corralazo que había, me llama [el periodista] Miguel Grinberg para decirme que había una reunión entre el Gobierno y algunos artistas de los diferentes géneros y tipos de SADAIC para hablar de la música popular. ¿Con qué fin? No lo sé. Estaban [Osvaldo] Pugliese, David [Lebón], Leda Valladares, yo, Ariel Ramírez, y la reunión era medio como para justificar lo que hacía cada uno. Obviamente, ir a hablar con un militar…
No está bueno.
– No, claro. No podías no ir; tampoco creo que me hubieran matado si no iba… Terminó siendo una pelea entre tangueros y rockeros. Del tema principal, que tendría que haber sido porqué me tengo que callar la boca, o por qué la censura, no se habló. Leda Valladares decía que el folklore mezclado con el rock no existía. David decía que él era ruso y la madre checoslovaca, y que la música no tenía nada que ver con todo eso. Yo decía que «Canción de Alicia en el país» era por una amiga que había ido al jardín de infantes, y que los crickets en realidad eran no sé qué. Pugliese dio un discurso tipo política comunista. El tipo que escuchaba, escuchó. Ramírez dijo que le gustaba Peter Frampton.
Qué reunión rara.
-Rarísima.

Referencias:

BRACELI, Rodolfo, «Ser Spinetta», adncultura Nov 22 2008; 67: 6-12.

GUERRERO, Gloria, «Rolling Stone Interview. Luis Alberto Spinetta», Rolling Stone Argentina May 2001; 40: 36-44.

PLOTKIN, Pablo, «Charly recuerda a Cobain. Kurt en primera persona», Rolling Stone Argentina Abr 2004; 73: 42-48.

RIERA, Daniel y SÁNCHEZ, Fernando, «Charly García recuerda. Parte 1″, Rolling Stone Argentina May 2002; 50: 26-35 y 85.

____, «Charly García recuerda. Parte 2″, Rolling Stone Argentina Jun 2002; 51: 38-47 y 84.